Estamos programados al movimiento tanto de nuestro cuerpo como de nuestra mente. La meditación se basa en apaciguar la mente, al menos durante su práctica, disolviendo los oscurecimientos de la mente causados por las angustias, tensiones y pasiones. Su objetivo es dar claridad al proceso del pensamiento y hacernos entrar en el estado contemplativo para integrarlo después a la vida cotidiana.